La historia de Extremadura. Nuestra historia.

Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) y la posguerra, España vivió una serie de dificultades económicas y de suministro de productos básicos. Extremadura, como muchas otras regiones, sufrió estas carencias de manera intensa.

El café, un producto de consumo diario antes de la guerra, se convirtió en un lujo prácticamente inalcanzable para la mayoría de la población debido a la interrupción de las rutas comerciales y al bloqueo económico. El gobierno franquista, que controlaba gran parte del comercio y los recursos del país, tenía el monopolio sobre productos esenciales, lo que incluía el café.

Dada esta situación, surgió un mercado negro para satisfacer la demanda. Aquí es donde entra en juego el papel de Portugal. Al ser un país vecino no involucrado directamente en la guerra, Portugal tenía acceso a productos que en España eran escasos. Los contrabandistas portugueses vieron una oportunidad de negocio en el café, y empezaron a introducirlo ilegalmente en España.

El café era tostado con azúcar en Portugal, una práctica que no solo le daba un sabor diferente, sino que también aumentaba su peso. Este aumento de peso permitía a los contrabandistas obtener más beneficios por la misma cantidad de producto. Además, el tostado con azúcar ayudaba a disimular la calidad del café, que a menudo era inferior.

Este contrabando no solo implicaba a pequeños comerciantes, sino que se convirtió en una actividad bastante organizada y extendida. Los contrabandistas usaban rutas a través de las montañas y caminos secundarios para evitar los controles fronterizos. A menudo, el café llegaba a Extremadura en mulas o escondido en mercancías aparentemente inofensivas.

Para los habitantes de Extremadura, el café contrabandeado se convirtió en un símbolo de resistencia y supervivencia. Aunque era caro, ofrecía un sabor de normalidad en tiempos difíciles. El trueque y la economía informal florecieron en esta época, y el café era una de las monedas más valiosas.

La Guardia Civil y otras fuerzas del orden intentaban combatir el contrabando, pero a menudo eran superados por la ingeniosidad y determinación de los contrabandistas. Este periodo de contrabando de café no solo refleja la dureza de la vida en tiempos de guerra, sino también la capacidad de las personas para adaptarse y encontrar formas de sobrevivir incluso en las condiciones más adversas.

Nace Extremcafe

Primera generación

Todo empezó en 1991 con nuestro fundador José emprendiendo con 24 años junto a su mujer Puri. Tras emigrar fuera de la región de Extremadura por necesidad, volvieron a sus orígenes para montar una distribuidora de café.

Ellos tenían claro que querían volver a Extremadura y emprender un nuevo camino.

Empezaron distribuyendo café comercial con calidades más bajas por la región.

Pero como dicen, la experiencia es un grado. Tras indagar más en este mundo del café, descubrieron el café natural de una mayor calidad.
Pero todo esto fue muy difícil, ya que no existe tanta información de concienciación en internet para saber detectar un café torrefacto a un café selecto de más calidad.

Se dieron cuenta en su día a día, yendo a ferias especializadas, en eventos fuera de España… Y fue cuando llegó la segunda generación a las riendas del negocio en 2023.

Isra, junto a su inquieta esposa Andrea, retomaron el negocio. Andrea llegó desde Canarias para unirse a Extrem, donde ambos descubrieron juntos el mundo del café, quedando completamente cautivados por él. Comenzaron a formarse y especializarse con destacados baristas que les transmitieron una visión del café muy diferente a la que ofrecían en su negocio de aquel entonces.

Ahora Jicara Coffee Roaster.

Ofrecemos un producto diferente. Más selecto con nuevos sabores.

Tras la segunda generación, llega la hora de la innovación y la trasformación del negocio para convertirnos en fábrica especializada.
Fusionamos las raíces Extremeñas junto al café selectivo y hacemos homenaje a la región con nuestro nombre Jicara Coffee Roaster.

Mira.
La palabra «jícara» tiene sus raíces en las culturas indígenas de América, y llegó a España a través de los colonizadores durante la época de la conquista y la colonización de América en los siglos XVI y XVII.
El término «jícara» proviene del náhuatl «xícalli», que se refiere a un tipo de vaso o recipiente hecho de la calabaza llamada «jícaro» (Crescentia alata). En Mesoamérica, las jícaras eran utilizadas por los pueblos indígenas para beber chocolate y otras bebidas. Estas vasijas eran apreciadas no solo por su utilidad, sino también por su elaboración artesanal y decorativa.

Cuando los españoles llegaron a América y se encontraron con el chocolate, un producto totalmente nuevo para ellos, adoptaron no solo la bebida sino también los recipientes en los que se servía. La palabra jícara los trajeron los colonizadores a España en la colonización de América y ya se quedó en nuestra cultura e historia.

Ahora nosotros capturamos ese concepto y lo traemos al café

En nuestra fabrica tostamos un Café de especialidad y no café quemado. No llegamos a quemar en el tostado. Sino que realizamos un tueste caramelizado sin llegar a quemar el grano.

Un nuevo tono de marca

Nos dimos cuenta que necesitábamos una personalidad de marca diferente donde mostrase estos productos selectos y de especialidad. Así dar a conocer la diferencia del café torrefacto a un café selectivo natural.
Más sano, mejor calidad y un sabor exclusivo ya más cerca de ti.

Por eso hoy, tienes disponibles todos estos sabores.

De la fábrica directamente a tu casa