La nuesa hestoria
En tiempu la Guerra Civil y la posguerra, Estremaúra pasó una escasez mu grande de cosas básicas. El café, que enantis era cosa de tó los días, se güelvió un lujinu pol corte del comercio y el control del Estao. Asín fue como salió un estraperlu, onde el café venía del país vecinu, muchas ves tostao con asúcal pa que pesara más y pa tapal que era de mala calidá. Pa munchas familias estremeñas, aquel café fue señal de resistencia y de salil palanti en tiempos mu malos.
Con los añus, esa relación col café fue cambiandu. Un proyeutu local de distribución fue cogiendo esperiencia y conciencia de lo que val el origen y la calidá, descubriendu el valol del café natural frente a las mañas que eran más comunes. Esti aprendijaji marcó el caminín pal café de especialidá, basao nel respetu al productu y a la gente que lo jace posible.
Jícara Coffee Roaster
De toa esta evolución nas una marca que junta las raícis estremeñas con una visión de güei del café. El nombre vien de la jícara, un recipiente tradicional ligao de siempre a las bebidas y al jéchu de compartil. Güei rescatamus esa idea y la traemus al café.
Trabajamus con labraoris comprometíos, apostandu pol comercio justu, las relaciones directas y unos precius dignus que valuran su trabaju y el cuidaícu del entorno. Escogemus cafés de origen y jácemus un tueste cuidau y caramelizau, sin quemal el granu, pa respetal sus saburis naturales.
El nuesu envís es enseñal la diferencia ente el café torrefactu y un café natural de especialidá:
más saninu, de más calidá y con un sabol propiu y únicu.
De la fábrica, derechinu pa la tu casa.
Nuestra historia
Durante la Guerra Civil y la posguerra, Extremadura sufrió una fuerte escasez de productos básicos. El café, antes cotidiano, se convirtió en un lujo debido a la interrupción del comercio y al control estatal. Surgió entonces un mercado informal en el que el café llegaba desde el país vecino, a menudo tostado con azúcar para aumentar su peso y ocultar su baja calidad. Para muchas familias extremeñas, aquel café representó resistencia y supervivencia en tiempos difíciles.
Décadas después, esa relación con el café evolucionó. Un proyecto local de distribución fue adquiriendo experiencia y conciencia sobre la importancia del origen y la calidad, descubriendo el valor del café natural frente a prácticas más comunes. Este aprendizaje marcó el camino hacia el café de especialidad, basado en el respeto al producto y a quienes lo hacen posible.
Jícara Coffee Roaster
De esta evolución nace una marca que une las raíces extremeñas con una visión actual del café. El nombre se inspira en la jícara, recipiente tradicional ligado históricamente a las bebidas y al acto de compartir. Hoy recuperamos ese concepto y lo trasladamos al café.
Trabajamos con agricultores comprometidos, apostando por el comercio justo, relaciones directas y precios dignos que valoran su trabajo y el cuidado del entorno. Seleccionamos cafés de origen y realizamos un tueste cuidadoso y caramelizado, sin quemar el grano, para respetar sus sabores naturales.
Nuestro objetivo es mostrar la diferencia entre el café torrefacto y un café natural de especialidad: más sano, de mayor calidad y con un perfil de sabor único.
De la fábrica, directamente a tu casa.